21 abril 2009

Evolución histórica

Iberia fue el nombre dado por los griegos a la península, aunque la parte que más conocían era la zona meridional mediterránea, entorno al río Íber. Hispanica era el nombre utilizado por los romanos para designar a la Península Ibérica, posiblemente, de origen púnico.
Más tarde, después de la anexión progresiva a León y Castilla de los reinos de Asturias, Granada, Aragón, y parcialmente el de Navarra, se empezó a llamar España a los territorios gobernados por la Corona de Castilla, por simplificación entre los no españoles, aunque la unificación jurídica de todos estos reinos no estuviera consolidada hasta el s. XVIII, con los Borbones.
Hasta finales del s. XVII, inicios del s. XVIII, todos los pueblos de la Península Ibérica se consideraban españoles, como actualmente los diversos pueblos de la Escandinavia se consideran escandinavos, o los de la península balcánica se consideran balcánicos. Y los de la península europea, son todos europeos.
Con dificultad los portugueses se sintieron obligados a dejar de llamarse también españoles, a fin de no ser tomados por castellanos, a medida que se desarrollaba la castellanización de otros reinos de la Hispania.
Por la manifiesta imposibilidad histórica, política y cultural demostrada de continuar llamando a los portugueses españoles, sin que pudieran ser confundidos con los castellanos por otros pueblos que gobernaban dentro y fuera de la Península Hispánica, se empezó, desde entonces, a utilizar la expresión "ibérico" para designar a los "dos pueblos" de la Península Hispánica, ahora preferentemente llamada por el neologismo Península Ibérica. Este proceso fue paralelo y similar al que surgió en el exterior de llamar español al idioma castellano, convertido en la única lengua oficial por el gobierno español, hasta que cambiaron la designación oficial del Estado, con la creación de la denominación oficial: Reino de España en el s. XVIII, y el cambio del titulo de los reyes de León, Castilla, Aragón, Sicilia, etc. para los reyes de España con fines simbólicos de unificación administrativa y para la nueva presentación internacional de la monarquía .


Arantxa.

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